Carlos Costa, director de TelexFREE en Brasil, critica las devoluciones llevadas a cabo en Estados Unidos

Carlos Costa, el director brasileño de Telexfree Inc., que dirigía el supuesto fraude de millones de dólares, ha publicado hace escasos días un vídeo criticando la devolución de algunos fondos a las víctimas en Massachusetts.

Costa, hablando en portugués, en uno de sus plantaos, afirma que algunas de las 14.000 personas que recibieron cheques por valor de 205.52 dólares en realidad lo que han hecho es ganar dinero participando en Telexfree. Da el ejemplo de tres personas, entre ellas una persona que presuntamente invirtió sólo 50 dólares, pero recibió un cheque.

"Yo no tenía acceso a la lista de 14.000 nombres, pero puedo decir que más del 90 por cientode los cheques contenía los mismos errores," dijo Costa mediante un correo electrónico remitido al periódico el Globe."Reafirmo que las únicas víctimas existentes en esta acción son el propio Telexfree y sus promotores."

El Secretario de Estado William F. Galvin rechazó las críticas de Costa el martes pasado, pero sí dijo que es posible que un pequeño número de personas que recibieron los cheques, con arreglo a los 3.5 millones de dólares con un banco Fitchburg y con vínculos con Telexfree, no hubiesen tenido pérdidas.

"Hicimos nuestro mejor esfuerzo en la fe, y nuestra prioridad era conseguir dinero a la gente", dijo Galvin. "La gran mayoría, muy por encima del 90 por ciento de ellos, fueron víctimas inocentes", añadió.

El banco en el asentamiento Galvin es Fidelity Banco Cooperativo, dirigido por el hermano de un director de Telexfree. El banco fue uno de varios que realizó depósitos para la empresa. Sus ejecutivos negaron conocimiento del fraude, pero acordaron resolver las alegaciones de que deberían haber examinado la operación más de cerca.

Las reclamaciones en Massachusetts fueron administrados por la firma de auditoría Grant Thornton, en nombre del banco. Galvin dijo presuntas víctimas tuvieron que presentar reclamaciones. "Estoy muy a gusto con lo que hemos hecho", dijo Galvin.

El vídeo publicado por Costa, que envió un correo electrónico a El Globo, ha salido a la luz mostrando su situación jurídica personal. Costa está siendo investigado en Brasil por su papel en la ejecución del supuesto fraude. Sin embargo, sigue defendiendo la operación, desde que fue cerrado en Brasil en el año 2013. 

Durante años, los vídeos emitidos por Telexfree  servían para hacer llegar las noticias de la empresa y mantenerse en contacto con alrededor de 1,9 millones de participantes en todo el mundo. Estos vídeos formaban parte del esfuerzo de divulgación de la compañía para animar a la gente de Boston a Uganda para traer a otros a Telexfree. El último video ha sido visto más de 26.000 veces.

Sobre TelexFREE

La compañía, que el año pasado solicitó protección por bancarrota, vendia planes de telefonía de Internet baratos. Pero los fiscales alegaron que su negocio principal, con diferencia, era atraer a la gente a invertir en incrementos de alrededor de 1.400 dólares, y correr la voz a amigos y familiares.

Telexfree se basó en Brasil y Marlborough, donde las autoridades dicen que se las arregló para convencer a más de 14.000 personas a invertir, muchos de ellos inmigrantes brasileños con ingresos modestos.

En Massachusetts, los directores James Merrill de Ashland y Carlos Wanzeler, ex integrante de Northborough, se enfrentan a cargos de fraude penal, así como cargos de fraude de valores civiles. Merrill está en casa en Ashland con un rastreador de GPS, en espera de juicio; Wanzeler está en su Brasil natal y es considerado un fugitivo. Ambos han negado haber actuado mal.

Para la mayoría de las presuntas víctimas de Telexfree, habrá una larga espera. Un síndico de la quiebra en Boston está a cargo de la administración de reclamaciones, pero hasta el momento sólo hay alrededor de $ 150 millones para ser distribuidos a un estimado de 1,9 millones de víctimas. Esos fondos no estarán disponibles hasta que haya un veredicto de culpabilidad en el caso criminal.

Otros fondos fueron incautados por las autoridades en Brasil y, finalmente, deben distribuirse allí.