El Ministerio de Trabajo español pide a Mary Kay los contratos de sus 4.500 consultoras de belleza a tiempo parcial

El Ministerio de Hacienda ha pedido colaboración al de Trabajo para continuar con la inspección a Mary KAy Cosmetics, la empresa estadounidense que desarrolla en España el sistema de venta a domicilio. Según aseguran fuentes próximas al caso, las autoridades laborales han pedido a la compañía los contratos profesionales de sus consultoras de belleza para contrastar si su situación es acorde a la ley y si tributan sus ventas correctamente. Ambos ministerios van a cruzar los datos para tomar una decisión al respecto.

La investigación afecta a los 4.500 comerciales -mayormente mujeres- que compran sus productos a Mary Kay para después revenderlos con un margen del 50%. La compañía sostiene que todas sus colaboradoras cumplen estrictamente la legislación, pero algunas de las personas que trabajan con esta multinacional han confirmado a El Confidencial que su situación es cuanto menos particular. “Yo nunca he estado dada de alta en la Seguridad Social mientras he estado vendiendo productos”, explica una consultora de belleza que exige anonimato.

La misma persona ya ha dejado de colaborar con Mary Kay, pero asegura que sigue comprando productos para su propio consumo o para personas cercanas a través de la jefa de zona. En ningún caso comunica la venta ni paga impuestos por esta actividad económica de menudeo. Para contrastar cuál es la situación real, la Agencia Tributaria ha pedido ayuda a la delegación de Trabajo de Andalucía, dirigida por Víctor de Santos, comunidad autónoma donde la compañía tiene más consultoras de belleza.

La investigación de Hacienda responde a la estrategia del Gobierno de poner el foco en lo que se denomina economía colaborativa y en el comercio electrónico, sectores que hasta la fecha no han sido supervisados con la suficiente diligencia por los funcionarios de la AEAT. De momento, el ministerio ha requerido información a Mary Kay España, cuyos responsables están negociando con la Agencia Tributaria la resolución de lasposibles irregularidades y la potencial sanción económica.

Cuando este medio localizó tras varios intentos a Natalia Briones, directora jurídica de la multinacional nacida en los años setenta en Estados Unidos, la ejecutiva declinó hacer ningún comentario sobre esta información. Al ser preguntada por la inspección de Trabajo, indicó que se trataba de un asunto confidencial. Posteriormente, tras la publicación de la primera información sobre el caso, la empresa envió un comunicado a sus jefas de zona para consensuar un mensaje con el que calmar los nervios de sus colaboradoras, las cuales llamaron de forma impulsiva para conocer los detalles de la investigación.

 “Tranquilidad TOTAL, tranquilidad, ya que se trata de un artículo sensacionalista”. “La información no ha sido contrastada ni verificada con la compañía por lo que las afirmaciones que se dice ha trasmitido la compañía son falsas”, apuntaba el mensaje interno. La comunicación añadía que sus empleadas no consultasen la noticia ni abrieran el link para evitar una mayor difusión y terminaba pidiendo mucha calma porque “ya hemos tenido situaciones parecidas”. “Lo importante es centrarnos en lo nuestro y en seguir trabajando para seguir cambiando vidas. Un beso a todas”.

Regulada por ley

Esta compañía es calificada legalmente como empresa multinivel y está regulada por la Ley 7/1996 de 15 de enero relativa al comercio minorista. Sobre la actividad de Mary Kay, que en España factura unos 50 millones de euros, ha habido mucha polémica. En Estados Unidos, su país de origen, donde tiene una red de 600.000 colaboradoras, se la ha acusado de estafa piramidal. Pero la compañía se defiende de estas aseveraciones con un código ético en el que se detallan la legalidad de su negocio, los términos de las ventas, las garantías, las relaciones entre los jefes comerciales con los consultores y los honorarios.

Oficialmente, Mary Kay tiene abiertos a inspección fiscal los últimos cuatro ejercicios para todos los conceptos impositivos que le son aplicables, tanto a cierre de 2014 como de 2013. No obstante, la dirección de la sociedad estima que en caso de producirse una inspección no se producirán pasivos significativos. Su auditor, Laes Nexia International, una firma desconocida en el sector, indica en su último informe que, “debido a las diferentes interpretaciones que las autoridades fiscales podrían dar a la legislación vigente, pueden existir pasivos contingentes que no son susceptibles de cuantificación objetiva”.

El sistema de MAary Kay  funciona de la siguiente manera. La compañía capta a mujeres sin trabajo y les da un curso de formación, para explicarles las técnicas comerciales y familiarizarlas con su gama de productos. Cuando la persona pasa el examen y acepta el contrato de distribuidora, se la obliga a comprar por un importe cercano a los 100 euros sus productos de maquillaje, cremas para la piel, fragancias y regalos. Posteriormente, las nuevas consultoras de belleza, como las define la compañía, los venden a un precio sugerido internamente que es un 50% más caro al que se adquieren previamente a la multinacional.