Esta anécdota, que la misma Randi Zuckerberg cuenta en su más reciente libro, dice de forma clara su postura frente al hecho de que muchas mujeres sienten culpa al empoderarse en el mundo de los negocios.
La desventaja de los empleados bien pagados es que, si bien tienen mucho margen de maniobra para tomar decisiones, eventualmente y siempre, tienen que responder ante otra persona.